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Depeche Mode y la historia de su gran obra maestra, Songs of the Faith and Devotion

El grupo ingles que consiguió masificar el tecno en los 80 y combatió sus demonios internos en los años 90, a fuerza de rock electrónico.

Para Depeche Mode, los años previos a la grabación y lanzamiento de su álbum de 1993 "Songs of Faith and Devotion" habían sido algunos de los mejores. Tras el éxito crítico y comercial de su álbum "Music For The Masses" del año 1987 y de "Violator" en 1990, el grupo había estado en la cresta de la ola de creciente popularidad y legitimidad crítica.

El mes de Marzo es muy importante para el grupo Depeche Mode y para todos sus fans. pues el 22 de marzo se cumplen 32 años del lanzamiento del disco que es considerado por muchos como su gran obra maestra, el punto bisagra, el que partió en dos a este sensacional grupo "Songs of Faith and Devotion" que fue otro de los momentos en los que el dolor y la desesperación se hicieron presentes en Depeche Mode, un álbum que se aleja del sonido modernista, un trabajo íntimo lacerado por las adicciones de algunos de sus miembros y por la guerra de egos que los dejó al borde de la separación. 

Durante la grabación del fantástico Songs of Faith and Devotion y los meses posteriores, el grupo Depeche Mode estuvo en terapia intensiva.

Un buen artista es quien traiciona a su público

A semejante frase del icono de la música David Bowie podemos agregar que aquellos que recuerdan solo el pasado están condenados a repetirlo. Así lo entendió Depeche Mode, que a lo largo de su historia asumió el cambio como un signo de los tiempos. 

Con influencias en sus inicios del grupo alemán Kraftwerk como el punk, desde su primer álbum "Speak & Spell", Depeche Mode jamás perdió la elegancia y la sofisticación

Pasó de un synthpop bailable y alegre a un tecno oscuro con su disco "Black Celebration" que fue su pico mas dark; anteriormente tuvo una faceta industrial que remite al brutalismo con sus discos "Construction Time again" y el "Some Great Reward" que parecen grabados dentro del acorazado Potemkin, llegó al nuevo milenio nutriéndose de trip hop con su gran disco "Ultra", del año 1997, parece producido por Tricky, uno de los mejores exponentes de ese estilo. 

En palabras del crítico musical Simon Reynolds, el camino de Depeche Mode partió de algo inocuo e inofensivo y arribó a una sustancialidad imponente.

Fue a comienzos de la década del noventa cuando el grupo se quebró internamente. "Music for the masses" en el año 1987, el disco doble en vivo "101", y sobre todo el fabuloso "Violator" de 1990, son discos que comprimen en su sonido todo lo hecho en años anteriores. Con estos trabajos, el grupo Depeche Mode dejó de ser un grupo de espíritu underground y se subió al podio de los referentes ineludibles del panorama tecnopop y electrónico.

Se distinguían por encima de los Pet Shop Boys, The Human League y los mismísimos New Order. Entonces, teniendo en su carrera semejantes hitos, ¿por qué el disco "Songs of Faith and Devotion" es considerado su magnum opus?

Cabe destacar que la rúbrica de Martin Gore, David Gahan, Andrew Fletcher y Alan Wilder fue siempre ir de la mano de los sonidos de la época sin dejar de lado, jamás, su estilo moderno. 

Por esto quizás sea "Songs of Faith and Devotion" un disco tan renombrado, porque el espíritu de esos años discurría por caminos disímiles al estilo del grupo: a principios de la década del noventa, el grunge norteamericano rescataba las guitarras distorsionadas y la pesadez del blues blanco con velocidad punk. 

Interpelado por ese sonido, esto no pasó desapercibido para un Depeche Mode que encontró, de alguna manera misteriosa, que todo ese bagaje foráneo y totalmente ajeno se colara en su obra. La música es un ente vivo y como tal debe nutrirse del cambio para no caer en un abismo auto caníbal.

Pero no sólo se trataba de música: el cantante David Gahan, recientemente se había mudado a Los Ángeles por el hastío de la convivencia con sus compañeros y las giras anteriores, había encontrado en grupos como Soundgarden, Jane’s Addiction y Nirvana una vía de escape a los samplers, secuenciadores, las pistas múltiples y los sintetizadores. 

Tras su matrimonio roto, había cambiado las pastillas y la cocaína por la heroína, tan en boga por aquellos años. 

Del otro lado del océano, sucedía algo parecido: el compositor y multi-instrumentista Martin Gore pasaba sus días sumergido en litros de alcohol.

La otra cara del subidón

Las sesiones de grabación de "Songs of Faith and Devotion", primero en Madrid, después en Hamburgo fueron insoportables, declaró Alan Wilder, el otro cerebro de Depeche Mode. A las apariciones esporádicas de un David Gahan en modo rockero y cada vez más errático, se le sumaba una lucha de poder con Martin Gore. Andrew Fletcher se mantenía al margen, y sólo intercedía cuando la situación así lo requería.

La presión por repetir el éxito de Violator, el trabajo anterior, se iba alzando como un ente kármico y fantasmático difícil de manejar. A veces trascender puede significar una caída posterior y como suele suceder con muchos artistas, repetir fórmulas para la condescendencia con el público es el camino más fácil. 

El prestigio arrollador de las canciones de aquel disco ”Personal Jesús”, en la que ya se prefiguraba un tecno rock a seguir, “Enjoy the Silence”, “Policy of Truth”, “World in my eyes”, había dejado la vara a alturas ciclópeas.

Estética y sonoramente el disco demuestra un equilibrio perfecto. Depeche Mode, y sobre todo Gore y Wilder, logran que la impronta mecánica y moderna que siempre caracterizó a la banda y que conviva con un sonido más sanguíneo y orgánico producido por las influencias del rock alternativo. 

Hay dos puntos a destacar a los largo de las diez canciones del álbum: por un lado, la abundancia de semitonos en las armonías, lo que le da un aire triste y desahuciado en varios pasajes; y por el otro, una mayor utilización de instrumentos tradicionales

La guitarra de la canción “I feel you” es la mejor muestra. Lo mismo sucede con la batería en todo el disco, que fueron tocadas en vivo en el estudio para luego someterlas a filtros y procesos digitales.

Hay una tristeza subliminal que acecha a lo largo de todo el disco. La atmósfera claustrofóbica es palpable desde la primera escucha. También se percibe el hastío y el estado de lasitud que atravesaban sus miembros.

El factor humano está muy presente, algo bastante peculiar para un grupo como Depeche Mode. Habría que esperar hasta el disco "Delta Machine" del año 2013, para que esto aparezca de nuevo. "Songs of Faith and Devotion" fue un disco sumamente disruptivo para un grupo que no se conformó con el camino que venía haciendo. 

Sin embargo, a pesar de la buena acogida que tuvo, después del "Devotional tour", uno de los integrantes del cuarteto Alan Wilder dio un portazo, harto de todo y de todos. Como dato de color, la gira de promoción del disco es considerada por muchos como la más salvaje de la historia del rock.

Un tratado de fe, religión, dolor, Sodoma y Gomorra

"Songs of Faith and Devotion" es un disco para bailar sin ganas, es la biblia negra en la extensa discografía del grupo. Comprime todo lo hecho anteriormente, lo digiere y lo vomita en forma de redención. Hay un momento preciso en el que los grupos de música se transforman en lo que son y en el que todo lo hecho con anterioridad es visto como un camino de preparación. 

El tiempo comprendido entre Violator y el lanzamiento de Songs of Faith and Devotion es ese momento en la historia de Depeche Mode.

Las Canciones

Abre el disco “I feel you”, con un riff de guitarra que hace pensar en una continuación del éxito de 1990, “Personal Jesús”. Destaca “Condemnation”, un lamento acerca del amor, con un piano tocado por manos de hierro y un canto góspel, que además de recurso estético podría ser un recordatorio de la fe que se pierde. 

El tono sepia del video dirigido por el director y fotógrafo Anton Corbijn son parte necesaria de la imaginería casi medieval del disco, que también se aprecia en el clip de la canción “Walking in my shoes”. Y es justamente en esta canción en la que el grupo pide un poco de comprensión y reclama ponerse en el lugar del otro como forma de entendimiento. Canciones como “Mercy in you, Judas”, “Higher love” y el lado B, “Death’s door”, son más que elocuentes acerca del proceso que atravesaban sus miembros. Solo será en las canciones “In your room” y “Rush” cuando Depeche Mode vuelva tímidamente a las pistas.

De existir un museo del rock, en la colección permanente dedicada a la década del 90, "Songs of Faith and Devotion" tendría un lugar destacado. Como uno de los pináculos que definieron esta década, conviviría con Nevermind (Nirvana), con Definitely Maybe (Oasis) y Mezzanine (Massive Attack), con Loveless (My Bloody Valentine), OK Computer (Radiohead) y otras tantas obras destacadas.

Portada del disco

La portada, diseño y fotografías del álbum “Songs of Faith and Devotion” estuvieron a cargo del famoso fotógrafo y artista audiovisual holandés Anton Corbijn, quien ya había diseñado y fotografiado toda la parte gráfica del disco “Violator”, además de dirigir el elogiado video de la canción “Enjoy the Silence”. Corbijn, en esta ocasión, también dirigiría los videoclips promocionales de los singles “I Feel you” y “Walking in my shoes”.

Tracklist Songs of Faith and Devotion

  1. «I Feel You» 4:35
  2. «Walking in My Shoes» 5:35
  3. «Condemnation» 3:19
  4. «Mercy in You» 4:17
  5. «Judas» 5:13
  6. «In Your Room» 6:24
  7. «Get Right With Me» 3:52
  8. «Rush» 4:36
  9. «One Caress» 3:30
  10. «Higher Love» 5:56

Depeche Mode es:

Martin Gore: guitarras, sintetizadores y segunda voz; además canta los temas Judas y One Caress
David Gahan: voz principal.
Alan Wilder: sintetizadores, piano, batería, bajo eléctrico, arreglos, producción y programación
Andrew Fletcher: sintetizador, apoyo vocal en Condemnation.


Créditos:

Steáfán Hannigan: gaita irlandesa en Judas.
Will Malone: arreglo de cuerdas en One Caress.
Bazil Meade, Hildia Campbell y Samantha Smith: voces adicionales en Get Right With Me.
Mark Ellis “Flood”: Producción y Mezcla.
Anton Corbijn: Portada, diseño y fotografías.
Daniel Miller: Producción ejecutiva.
Mark Stent: Mezcla.
Steve Lyon, Chris Dickie, Paul Kendall: Ingeniería.
Jeremy Wheatley, Mark Einstmann, Shaun de Feo, Volke Schneider: asistencia.
Kevin Metcalfe: Masterización.
Daryl Bamonte: Coordinación de álbum.

Publicación: 22 de marzo de 1993
Grabación: Madrid, España, y Hamburgo, Alemania en 1992
Géneros: Rock alternativo, Rock electrónico
Formatos: CD, disco de vinilo, casete, DCC, MD y streaming
Duración: 47 minutos
Discográfica: Mute Records (UK), Sire/Reprise (EEUU)
Productores: Depeche Mode y Flood